Indisciplina peruana
Se ha producido una tragedia que afecta a peruanos, 13 jóvenes en la discoteca Thomas Restobar de los Olivos, 12 mujeres y 1 hombre todos jóvenes; pero todos ellos estaban cometiendo una falta grave al estarse divirtiendo en momentos marginales del toque de queda, ya ha llegado la hora de definir a los culpables y se tienen elementos de juicio. La fiesta no era tan clandestina puesto que es una discoteca conocida y notoria, con conjuntos también conocidos porque habitualmente y en varias zonas de la capital organizan estos eventos con orquesta que se percibía a varias cuadras, ocurría casi todas las semanas y los vecinos estaban hartos, de este modo la denuncia llegó a la institución policial la que organizó una intervención. El local no reunía las condiciones para funcionar puesto que la entrada única es una escalera muy angosta que conectaba a una puerta metálica la cual abría hacia adentro; las escenas muestran a un grupo de policías demoliendo dicha puerta con una enorme comba y aún así tuvieron dificultades para forzarla; el Reglamento de Edificaciones rechaza estas salidas que abren hacia adentro, probablemente una de madera habría sido forzada, pero era de metal y muy sólida, la Municipalidad debió tener en cuenta estos aspectos, el alcalde de Los Olivos, el señor Felipe Castillo, recién se enteró de la desgracia a las 6 de la mañana cuando los periodistas lo llamaron, su justificación fue no tener personal suficiente de fiscalización para controlar su distrito por tener alto porcentaje de contaminados con Covid, pero no aclaró acerca de la licencia. Entraron al local pocos policías y su presencia desató el pánico, los jóvenes huían de la multa; los que más se esforzaron en fugar fueron los varones, lo cual nos dice que todos eran conscientes de estar cometiendo una falta, se dijo que se habría usado gases lacrimógenos lo cual nos parece inverosímil, dichos gases no se pueden usar en lugares cerrados, la policía está segura de ello después de lo ocurrido en el estadio nacional en 1964, aunque los efectivos que acudieron al llamado de los vecinos parece no estaban preparados para una estampida de esa naturaleza, el olor característico del gas pimienta estaría impregnado en todos lados, también se dijo que hubieron disparos, lo cual se debería investigar pues sólo lograría acrecentar el pánico, los policías quedaron atrapados junto con los jóvenes. En Inglaterra al cesar las cuarentenas se han visto juergas totales de los millenials sedientos de hedonismo, replicadas en casi todas las naciones, precisamente hace dos semanas hicimos notar esta característica de ese grupo humano, en Perú y siendo un país de huachaferías ocurrió lo mismo, y ya ha tomado un sesgo político al responsabilizar al gobierno de lo ocurrido, en este caso una madre que perdió a su hija gritaba que los jóvenes no hacen caso, que todos los fines de semana hay fiestas y que las paren de una vez; esta vergüenza viene a ser una radiografía de nuestro país ante el mundo.
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