China intensificó sus críticas hacia Estados Unidos tras la aprobación de una venta de repuestos y componentes militares a Taiwán por 330 millones de dólares. La operación, la primera desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, fue considerada por Pekín como una violación del principio de “una sola China” y de los acuerdos bilaterales firmados entre ambas potencias.
El Ministerio de Defensa chino, a través de su portavoz Zhang Xiaogang, denunció que la medida constituye una interferencia directa en sus asuntos internos. Pekín afirmó haber presentado una protesta formal ante Washington y advirtió que tomará “todas las medidas necesarias” para defender su soberanía, mientras acusó a Taiwán de “malgastar” recursos en compras militares que, asegura, no frenarán la reunificación.
El pronunciamiento chino coincide con una semana marcada por nuevas fricciones regionales, especialmente tras las declaraciones de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi, quien insinuó que un ataque a Taiwán podría activar la intervención de Japón. En este escenario, Estados Unidos continúa siendo el principal proveedor militar de la isla, un rol que añade presión a una relación ya tensa entre Washington y Pekín.
Fuente: Agencia EFE


